sábado, 20 de abril de 2013

30

Una vez más, llego el punto en el que se me acaban las fuerzas. ¿Dónde está mi voluntad? ¿Por qué desaparece tan a menudo? ¿Es neurosis? ¿Es hormonal? ¿Espiritual? ¿Por qué es? ¿Por qué tiene que ser?
Ya que no me apetece ni escribirlo (aunque sí expresarlo: me agarraría todo el día y toda la noche a una piel caliente y amada, y uy si lo expresaría), colgaré algo que escribí en una situación similar, hace unos meses:
Se Rompió mi capacidad de hallar un cauce. Mi fuego me quema. Ayer y los cinco días anteriores lo dejé correr por Yepe, mantuve el flujo ardiente volcado en él. Olvidé el mundo y mi mundo y viví en él. Hoy, parece mentira, vuelve a corroerme por dentro. ¿Por qué, cuando me he volcado, termino sintiéndome insatisfecha siempre y otra vez?
Ha desaparecido mi voluntad. No hay nada dentro de mí. Queda anulada mi capacidad de escribir, de sentir (algo más que dolor), de pensar... No sé quién escribe. Si yo, mi ego, mi conciencia... ¿Por qué?
Estoy paralizada. Me paraliza el miedo, la culpabilidad.No sé conformarme con esto. No sé para qué sirve la vida. Pienso en cuando pensaba "¡Para vivirla!" y no encuentro ya esa convicción. No sé perdonarme por no estar haciendo mis deberes, porque no los siento deber mío.
Últimamente lo único que oigo en mi cabeza es "eres inútil". Y así es, no tengo utilidad. La vida me cohibe, me corroe. Ver que a la demás gente le sirve de algo me hace envidiarles insanamente.
¿Qué hacer?
Esta sociedad no me sirve, no la concibo. ¿Entregarse al gusto diario? ¿Y qué hacer si este no supone un gusto para mí?
No tengo identidad; soy un vacío, un vacío que cree llenarse con el relleno de los demás hasta que se da cuenta de que ese no es su relleno.
A menudo me obsesiona sacarme espinllas de la cara; no puedo parar, y me paso horas vaciando poros, uno tras otro. Siempre me ha obsesionado sacar la mierda sitio, dejar las cosas sin impurezas. Lo mismo hago con mi vida, voy eliminando todo lo que me parece malo y me quedo en nada, y esta nada me parece mala, pero el vacío no se puede vaciar.
Me gustaría tener la capacidad de creer. Sentir el convencimiento de algo, que puedo ser feliz amando a alguien, que puedo ser feliz dedicándome a algo, que puedo ser feliz conmigo misma... Per no puedo. Cuando creo haber encontrado una convicción aparecen mil dudas y ya no es certeza, pasa a ser una posiblidad inútil. Quiero desaparecer y volver a aparecer convencida de algo. Me da la impresión de que esto que hago (rendirme y ponerme a escribir algo que ni siquiera me gusta) está mal, porque no era hoy mi deber. Culpa, culpa, culpa. Me siento ridícula, pero tampoco sé qué otra cosa hacer.
¿Cómo convivir con esta mierda?

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