jueves, 24 de abril de 2014

El amor, mientras, vuela

Llueven trozos de cristal.
Nos arañan la piel
fragmentos de recuerdos
-todavía por existir-.

Desgarran la carne
las migajas de tu alma
que lograron atravesar el muro.

Se me infiltran en el cuerpo,
Hielan mi sangre.

El amor se congela en el fondo de mi esperanza
y quema.

y tu sed de entrega, enquistada en tu escudo, confundida con él,
indistinguible
arde en el fondo de tus pupilas,
en el eco de tu voz,
y te consume.

El amor, mientras, vuela.

Vuela lejos de seres como tú y como yo.
De la necesidad de tu entrega mía
de la necesidad de mi paciencia tuya.



El sol cae con los cristales,
y, con él, la vida se hace esperar.

Es el comienzo de una larga noche,
fría.

 
Porque por necesitar antes que amar,
el amor, mientras, vuela.

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