domingo, 22 de marzo de 2015

50

Una cosa es entregar tu voluntad y la otra entregarte a voluntad. Digámoselo a nuestro sobrealimentado ego cuando empiece tocar los huevos cada vez que deseamos entregarnos y nada más. Puede hacernos creer que hacerlo es automutilarnos, pero no: solo nos respetaremos haciéndolo, porque es nuestra única voluntad, lo único que tenemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario