lunes, 13 de agosto de 2012

Sobre... ¿La empatía?

Creo que debería hablar con Fina o con alguien con una filosofía más oriental sobre esta capacidad que tengo.

Incluso ahora, escribiendo "esta capacidad que tengo", he dudado si escribir eso o "esta capacidad que creo que tengo", porque por un momento me he juzgado desde unos ojos negativos y me he leído incrédulamente, y he pensado "flipada, ¿cómo sabes si es verdad lo que percibes?

Pero es que saber si es una verdad absoluta no lo sé, no se puede saber. Pero lo siento, lo creo, lo intuyo, lo siento.  Y por eso ese mal juicio incrédulo, porque siento cómo alguien que no tiene esta capacidad, al leer esto, no sepa sentirlo, no lo pueda sentir y, por lo tanto, no lo puede creer.

La gente a la que se lo he contado, gente comprensiva, sin prejuicios, no lo han podido comprender. Por decirlo de algún modo, han querido creérselo pero no lo sienten. Razonadamente sí, pero espiritualmente no ha habido complicidad. Y yo eso también lo he percibido.

Por eso me he pensado lo de escribir "esta capacidad que creo que tengo", porque al ver que nadie me puede comprender, que a nadie puedo transmitirle esta fe (de ahí la palabra creer) pues lo escribo.  Escribo que es una creencia, una intuición espiritual, una fe ciega e irremediable, para que así puedan hacerse una idea de lo segura que estoy de esta capacidad, para que, después de comprenderlo (íntimamente), puedan entender, también, cuánto condiciona mi forma de pensar y actuar. Para que pudieran ver cuánto me influye, cómo lo absorvo.

Pero como no llegan a sentir lo primero, tampoco pueden lo segundo.  Tengo que encontrar a alguien a quien pueda contárselo y en quien yo intuya una ligera capacidad, o que al menos, en parte, crea que pueda servirme un poco de guía.

¿Será un don? Es que me juzgo y no quiero fliparme, pero realmente creo que es algo alucinante, independientemente de que me condicione negativamente muchas veces.

Las veces que me es positiva, esta capacidad, es genial. A veces, no hace falta ni que me expliquen los problemas, los demás, o ni que describan cómo se sienten, porque yo lo siento, se lo digo, alucinan, y se sienten cómodos, me sienten cómplice y yo me siento muy bien.

Gracias a esto, creo en mil creencias, puedo entender a todo el mundo. Puedo no estar de acuerdo o sí, pero como siento su convicción, está justificado. Por esto puedo creer que toda acción o creencia está justificada, y que todos los errores son perdonables, porque todos son comprensibles. Porque percibo, como si fuese yo quien la siente, la equivocación.

Si alguien hace algo que más tarde considera que está mal, o aunque todavía no lo piense, o se esconda, yo lo siento, y le puedo comprender y perdonar. Siento como si yo hubiese cometido ese error, en un arrebato pasional, por ejemplo.

Por eso, las malas intenciones también las percibo, siento cuando una persona va hiriendo por mirar solamente su ombligo.

Puedo sentirlo como si fuera yo, y entonces puedo considerar que va por mal camino, A MI PARECER, pero puedo percibir que a su parecer ni si quiera lo piensa, o cree que es el bueno, y lo siento también, siento su fe, entonces para mí queda justificado.

Para mí es un mal camino, porque yo soy analítica y perfeccionista y purificadora, entonces sé por qué malos caminos (y consecuencias) puede llevarme esa forma de actuar, y la corrijo. Por esto mismo, si percibo estos malos caminos en gente querida, cercana, siento el impulso sobrenatural de ayudarles, de transmitirles todo lo que yo se para que les sirva. Que no es que crea que tengo la solución, ¿cómo iba a estar segura, a creer que yo poseo la solución a x problema, si soy capaz de percibir de mil maneras distintas ese supuesto problema? ¿Cómo creeré que la mía es la solución y no las otras mil maneras de verlo? Por eso no creo nada en abstracto, y siento la fe de muchas concreciones.